lunes, 24 de octubre de 2011

Un pequeño comienzo con un gran desenlace


Asistí a una iglesia que celebraba su 27º aniversario de existencia. Una iglesia con instalaciones de primera, modernas y muy funcionales, pero mejor que todo eso, una iglesia viva, alegre, con muchas familias y repleta de jóvenes (buen síntoma de una iglesia viva), ¡y una que crece! Si pudiésemos retroceder en el tiempo e ir a sus inicios, veríamos que la iglesia que hoy vi dista mucho de lo que fue en su comienzo: Era "solo" un hombre que amaba apasionadamente a Dios, que se atrevió a creerle y que soñó a lo grande. No le importó comenzar a compartir con sus amigos y vecinos del amor de Dios... bajo una sencilla carpa de circo.

Nuestra vida es parecida, por lo general tenemos un inicio incipiente, pequeño, tal vez hasta insignificante a la vista de los demás, PERO... cuando tenemos un sueño en el corazón y nos atrevemos a creerle a Dios, nuestra pequeña "carpa de circo" comienza a tomar forma: Un techo metálico con modestas paredes de madera... Algunos ladrillos levantando una pequeña, aunque firme, construcción. Puertas, ventanas, pisos y equipamiento. Hasta que llega el día en que por fin vemos la construcción del edificio que siempre tuvimos en el corazón, desde el día en que comenzamos bajo una humilde carpa, hasta aquel que imaginamos nuestro edificio con lujo de detalles, con los ojos de la fe.

Pero decirlo es más fácil que vivirlo porque nuestra fe sufre altibajos, y mientras estamos empeñados en salir de nuestras rústicas carpas, nos llegan "informes" del exterior que en lugar de animarnos nos desalientan: - ¿Te volviste loco?, ¿Cómo crees que harás eso?, Ni sueñes con hacer eso, muchos lo han intentado pero fracasaron, etc., etc.
En nuestro trayecto siempre aparecerán voces, del diablo o incluso de personas cercanas y queridas que bombardean nuestros sueños y echan abajo nuestras ilusiones paralizándonos. El diablo no puede frenar el poder de Dios, aunque si puede ponernos muchos tropiezos para que caigamos o desistamos de nuestros sueños. ¿Cómo luchar contra eso? La clave está en saber y creer que la realización de nuestros sueños NO dependen de nuestras fuerzas, sino por el poder de Dios actuando en nosotros:

"... a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros" Ef. 3:20


No importa qué limitaciones tengamos o con qué obstáculos nos estemos topando en nuestro caminar, Dios siempre puede fortalecer nuestro ser interior por medio de su Espíritu, para que sigamos soñando y caminando para ver el día en que nuestros anhelos se cumplan.

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